sábado, 31 de enero de 2009

Mi primer muñeco de verdad

Cuando era pequeña un día de nieve en Madrid era una fiesta. Nunca ha nevado demasiado, es más, podría decirse que incluso lo ha hecho poco, pero las dos o tres veces que veíamos la nieve en la ciudad durante el invierno hacía que no fuésemos al colegio, y que bajáramos al jardín de casa para una batalla de bolas de nieve. Intentábamos hacer muñecos pero poca nieve y una enorme chiquillada no lo hacían tarea fácil.
Este año ha nevado varias veces en mi ciudad pero ya no soy una niña, ya no puedo quedarme en casa y jugar con la nieve (y me gustaría, de verdad que me gustaría) por lo que hemos tenido que ir el fin de semana a la sierra para poder hacerlo. Uno de los sábados que hasta allí nos fuimos, encontramos un paraje en el que la nieve era virgen, mullida e impoluta así que rauda y veloz, me dije, no me quedo sin hacer un muñeco de nieve como debe ser: gordito y amoroso.



Y esta es la prueba que ratifica que el muñeco fue hecho por nosotros



Y aquí la transformación que sufrió tras pasar por las manos de mi hijo:



Aprovechando nuestra excursión, mandé a Casi en serio a Adriano, porque ese es el nombre que le han puesto lo niños, para que V., hija de la bloggera tuviera un regalo nuestro de cumpleaños. Como el nombre lo decidieron a posteriori, en el blog de Jackie lo puedes ver como naricita .

No hay comentarios: