lunes, 14 de septiembre de 2009

Ahora sí


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Es definitivo, la rutina se ha instalado en mi vida.

Despedí la jornada intensiva a primeros de mes y aunque disfruto de jornada reducida, por aquello de pasar más tiempo con mis hijos, el comer fuera de casa empieza a pasar factura.

Los atascos matutinos prolongan mi camino de llegada a la oficina, alargándolo casi en media hora, lo que implica, al menos en mi caso, media hora más de madrugón.

La temporada de piscina llegó ayer a su fin. Como manda la tradición, clausuramos oficialmente la temporada de baños.

El colegio, ¡bendito colegio! ha empezado hoy. Las mochilas, uniformes y libros ya son parte, nuevamente, de nuestra vida.

La compra de medias, calcetines, abrigos, guantes, gorros y bufandas no debe demorarse demasiado.

El estrés empieza a asomarse tímidamente como compañero de viaje.

Y a mí, para variar, empiezan a faltarme horas al día para hacer todo aquello que tengo en mente.

¡FELIZ RUTINA!


Editado para mostrar el atasco matutino

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me cuesta mucho dejar atrás el verano y mirar a la cara al invierno :(

Así, que te entiendo.

Besos.

María dijo...

Raquel, es creo que en el fondo ese es el problema, que sabemos que el onvierno a la vuelta de la esquina.

Lina dijo...

Pues yo estoy encantada... Para mi si que es ¡Feliz Rutina!

Mary Elizabeth dijo...

Nosotros en el sur, muuuy muuuy sur saliendo del invierno y es feliz para mi continuar con la rutina sin el friiio.

issa dijo...

jo!
yo siempre he adorado el otoño.... aunque realmente, este verano no sé dónde lo metí que no lo recuerdo tan cortito..
Parece que el cambio de jornada no sale muy a cuenta ¿no? ¿y volver al anterior, puedes?
;)

María dijo...

Lina, es que está asociada al final del verano y eso es lo que menos me gusta.
Mary, aforunada, tus días empiezan a ser más largos y las horas parecen alargarse para darte más tiempo.
Issa, el otoño tiene sus cosas buenas pero es que pensar que empieza el frío y la lluvia me da una pereza.