sábado, 24 de octubre de 2009

Pirineo

Hoy me sirvo del blog, que para eso es mío (y de todo aquel que quiera compartirlo conmigo) para recordar mi corta pero intensa escapada al Pirineo.

Pueblos preciosos, con muchísimo encanto, con rincones mágicos que en ocasiones parecen sacados de cuentos.

Echo, Museo etnológico

Echo, Casa

Ansó, Vista general

Ansó, Casa

Torla, iglesia y torre vigía

Torla, plaza

Torla

Vista general

Torre de defensa

Caserón

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué recuerdos! Gracias por compartir fus fotos, son una pasada.

Estuve de vacaciones en Ordesa y Monte Perdido hará unos 6 años y me lo pasé genial. Estuvimos acampados en el camping de Torla. Hicimos varias rutas, la mas chula la de la cola de caballo, sin dudar. Es un lugar maravilloso, la verdad, me ha despertado el gusanillo de volver.

Nosotros estuvimos en verano y ya era precioso, así que ahora... con esos colores...

Me he pasado por las entradas de tus otros pots, también me han encantado las fotos.

Si te apetece hacer otra escapada de ese tipo también te recomiendo el Pirineo de Lérida. Nosotros al año siguiente de estar en Ordesa, quedamos tan maravillados que fuimos al Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici. Impresionante. Allí apuntes donde apuntes con tu cámara te sale una buena foto, imposible fallar de lo bonito que es.

Bueno, guapa, me dejo de enrollar, un besazo.

Unknown dijo...

Tu recuerda todo lo que te haga falta.

Nosotros encantados de disfrutarlo ocntigo

=)

Conchi

María dijo...

Raquel, la parte leridana es la que me falta, porque hace unos años estuve por la parte navarra y es también impresionante.
Conchi, es que a las que no tenemos la suerte de poder hacer esos super-viajes que otras os montáis, no nos queda más remedio que rememorar las pequelas escapadas que conseguimos realizar.
Un abrazo.

Sylvia dijo...

que belleza Maria!!!! se me habia olvidado lo mucho que me gustan esas casitas de piedra! Cual cuento como dices!

Besitos

María dijo...

Sylvia, es cierto que a veces nos olvidamos de lo más cercano.