jueves, 17 de febrero de 2011

Cuentos


De pequeña, cuando empezaba a oscurecer, no podía evitar una agradable sensación. Ésta era debida, sin duda alguna, a que sabía que el momento de irse a la cama estaba próximo y con ello la lectura de un cuento. Uno especialmente elegido para mi o por mí, según el caso (a veces ser hija única, al menos durante un tiempo, te permite disfrutar de ciertas prebendas que teniendo hermanos no te queda más remedio que compartir).

Por unos días esa sensación ha vuelto a acompañarme y cuando llegaba la noche, no podía evitar desear que llegara el momento de sentarme un rato y volver a disfrutar de un cuento. Pero esta vez no ha sido mi padre el que me lo ha leído o me lo ha contado, esta vez ha sido una amiga. Una amiga que a través de una foto me ha permitido volver a ser niña por un momento.

Cuentos


Si viendo este maravilloso mosaico has sentido algo, puedes deleitarte pinchando aquí y ver las fotos de una en una.

4 comentarios:

maba dijo...

me encantan!!!! menos Pinocho "real" que me da un poco de grimilla jeje me gustan tanto..

tengo ganas de hacer una versión de cuentos con los hijos de mis amigas, similar a esa foto de caperucita

besos

María dijo...

maba, es muy divertido, porque los peques terminan por relajarse y dan mucho juego.

Patricia ♥ dijo...

Que monada de fotos, super divertidas!

María dijo...

Patricia, la verdad es que ha sido el reto en el que más hemos dejado volar la imaginación y el resultado ha merececido la pena.
Un beso