lunes, 22 de septiembre de 2008

Despidiendo el verano

Si, el pasado sábado hemos despedido el verano, y ¡de qué forma!.
Ante la buena temperatura del último día de estío, decidimos hacer una pequeña excursión por la sierra (una de las cosas buenas que tiene Madrid es la cercanía con la montaña, y, aunque no son cotas muy elevadas, permite hacer rutas muy agradables).
Quedamos con unos amigos, cuyos hijos son amigos de los nuestros (es más, por los críos nos conocimos),y nos dirigimos hasta nuestro destino:



Una vez llegados al punto de partida de nuestra pequeña excursión, encontramos a mano derecha un pequeño embalse


que pasamos de largo para llegar a una pista forestal, que nos permitió adentrarnos un poco más en el bosque:

mientras andábamos, sin prisas, porque con niños de entre siete y tres años tampoco pretendíamos hacer otra cosa que dar un paseo por el campo, este es el paisaje que pudimos observar:


Tras pasar la tarde recogiendo moras (que tengo madurando un poco antes de hacer una deliciosa mermelada y un riquísimo bizcocho), y piñas (con las que tengo intención de hacer algún centro otoñal), regresamos por el otro margen del río hasta llegar a un segundo embalse:


Tras dejar que los "peques" tiraran guijarros al agua, hacernos fotos (lo siento, pero no me atrae, al menos de momento, la idea de exponer las fotos personales) y pasar otro buen rato, bajamos hasta un hotel de montaña, a pie de ruta, para tomar un pequeño piscolabis en su maravillosa terraza.

Un rato más tarde, cuando el día llegaba a su fin,

de vuelta a los coches, un plan inesperado: cena todos juntos, peli para los más pequeños y partida de mus para los adultos (bueno, realmente intento de partida, porque cuando dos no saben jugar ... JA,JA,JA)
Gracias Esther y Javier por las estupendas tostas de salmón, el magnífico jamón, y los boquerones en vinagre que hacía tanto que no comía.
Gracias, también, por la paciencia demostrada en el mus.

¡ESPERO REPETIR PRONTO!

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